TEXT: DEU ENG SPAN

GLÜCK

Espejo del mundo

Este es el estado de la cuestión;  la consabida pregunta existencial: ¿Porqué aquí?. Quizás cuestión de suerte, a lo mejor casualidad….

En el destino preferimos no creer. En estos tiempos del post, del pos, al menos nos hemos liberado del romanticismo ( no hay amor único, no hay dios único…no somos únicos…).

La suerte está con todos o con nadie…, está repartida en una combinación aleatoria y es demócrata, ¿o no?. Echaremos mano de la voluntad de suerte batalliana:

 “Estaba yo esta mañana resignado a la espera. Ninguna sacudida, suavemente, me decidí…Era poco razonable, evidentemente. Partí sin embargo sostenido por una sensación de suerte.

La suerte solicitada me respondió. Mucho más allá de mi esperanza.

El horizonte se aclara (sigue sombrío).

La espera se reduce de diez días a seis.

El juego marcha: puede que hoy haya sabido jugar…”

La casualidad es más científica, se deja caer con necesidad  en el instante tal que hálito vital, inspirando mundos, originando tiempos, generando vidas…y como si de nada se tratara, en muerte súbita consume eso mismo que  ha puesto en movimiento. Eso sí, se puede presentar en distintos puntos simultáneamente componiendo horizontes diferentes, marcando tiempos distintos, al azar…

Lo que tienen en común la suerte y la casualidad, es el tiempo…juego de fuerzas que se repiten al infinito, sin razón, juego aleatorio, necesidad azarosa creadora de espacios, de sentidos que penden de caos, de vidas que acaban en muerte.

El caso es que hemos tenido suerte. ¿De qué depende?. Pende de una pendiente, de todo y de nada…eternamente lo cuestionaremos…e infinitamente reinventaremos nuevas utopías.

Siempre se nos dijo: el destino os mostrará la dirección de vuestro deseo. Lo volvemos a repetir. Ni Dios, ni el príncipe azul, ni la mujer de tus sueños: Una hora exacta, desafortunada o bienhallada. El lugar correcto o equivocado. No hay quien lo determine. No somos adivinos. Perdón o quizás la constante de Planck: h=6·626…, se dice de ella que “aunque es una manera de pensar poco usual, posee la belleza de que, con sólo un parámetro dimensional fundamental, podemos calcular aproximadamente los resultados en términos de una cantidad única, de lo que intrínsecamente pueden ser fenómenos muy complejos”…(

           

            Nuestro momento ahora está en Mallorca, y por muchas razones y sin ninguna en especial, Javi, Susana, Marga, Marcelo, Mercedes, Amelia y Olímpia, podemos estar charlando alrededor de una mesa con un vino y comida mientras Adela toca el piano... Hablamos de nuestra performance en Alemania. Las ideas y las palabras llenan el ambiente. No sabemos que factores han hecho que seamos nosotros y no otros. Quizá hayamos tenido suerte.

La gente llega a la galería. Ya desde la calle se divisa en el escaparate una gran mesa de buffet con comida mallorquina dispuesta opulentamente. Ya dentro de la galería, se reparten números (tipo entradas de cine). Uno de los artistas va nombrando los números aleatoriamente. Cuando un número coincide con el nombrado, se hace pasar al invitado al mostrador de entrada. Detrás de él se encuentra una artista (Amelia), vestida de negro.Esta le hace una serie de preguntas del tipo: nombre y apellidos, edad, sexo, talla, rubio, moreno, tatuajes, peso (lo pesa en una báscula para comprobarlo). Cuando ha acabado de rellenarla se le hace una foto polaroid (Marcelo) y es invitado a pasar a una mesa.

La sala es un comedor con mesas individuales de 60cm x 60 cm esta preparada elegantemente con un servicio de cubiertos copa y mantel.

Una cantante acompañada por un piano vertical ameniza el convite y cuatro camareras se pasean por la sala arriba y abajo para cuidar todos los detalles; vestidas de negro con delantal y con el logotipo de la performance bordado en rojo.

El chef (Joana) preparará los platos cuidadosamente los embutidos tradicionales quedarán convertidos en ingredientes de Nouvel Cuisine.

Las camareras decidirán aleatoriamente que plato servir a cada mesa. El invitado se sienta a esperar su comida y observa un detalle inquietante: encima de la mesa hay también un reloj con alarma que hace tic tac: algunos tendrán suerte, se les servirá enseguida un plato grande que a lo mejor ni se pueden acabar; otros tendrán menos suerte y esperarán contemplando como los demás comen, hasta que su temporizador suene y tengan que abandonar la sala no sin antes pasar por la báscula para comprobar que su peso no ha cambiado.

Las sobras de la comida y cada servido será colocado en una bolsa de plástico “zip”  incluyendo las fichas de los invitados donde se podrá apreciar a cuántos les ha tocado vivir opulentamente y a cuantos les ha tocado observar como los otros comían y pasar hambre. Estas bolsas irán colgadas de dos cables de acero tensados en la sala de atrás.

La acción tiene una duración aproximada de 2 horas.

            En la sala quedarán expuestas la mesa de recepción con la báscula y las fichas, las 10 mesas preparadas, el piano, el buffet en el escaparate y, en la sala de atrás los cables  con los platos en las bolsas con las fichas.

            Reparto:

                        Recepcionista: Amelia Llop

                        Fotógrafo-acomodador: Marcelo Víquez

Camareras: Olimpia Velasco, Susana Muñiz, Cristina Roig y Mercedes Estarellas.

Chef: Joana Roig

Cantante: Adela Ferrer